Patatas Gómez se asegura de que las patatas lleguen en perfectas condiciones hasta el consumidor final. En sus instalaciones se lleva a cabo un proceso de lavado para el que, previamente, se realiza el calibrado de las patatas con el objetivo de separar las unidades según el uso y el tipo de cliente.
Según el cliente, se diferencian diferentes calibres. Para seleccionar las patatas, se emplean dos volteadores de jumbos que evitan golpear el producto.
Una vez calibradas, las patatas se llevan al tren de lavado, con capacidad para 25.000 kilos de patata a la hora, donde se aplica ozono y clorificación. A continuación, se depositan minuciosamente en diez tolvas de grandes dimensiones (con capacidad de 25.000 kilos cada una), donde se almacenan hasta su envasado. Para llevar a cabo este proceso, Patatas Gómez cuenta con instalaciones refrigeradas que garantizan la conservación del producto en perfectas condiciones.