
Las patatas al horno han sido muchas veces relegadas a categoría de guarnición pero son en sí mismas un plato de primera. A veces, basta con un poco de sal y aceite. Podemos añadir algunas especias, hierbas aromáticas o ajo. También puedes añadir algo más potente, como carne picada, migas de algún pescado o queso para fundir. Te proponemos cinco formas diferentes de prepararlas.
Los ingredientes pueden repetirse en unas y otras. También puedes atreverte con nuevas mezclas para combinaciones únicas. Eso sí, no pueden faltar patatas de calidad, como la Monalisa, variedad de patata recomendada para asar y muy versátil, apta para cualquier plato.
Patatas rellenas
Empezamos por el clásico de los clásicos entre las patatas al horno. De tamaño medio, abiertas por la mitad, son patatas asadas rellenas con todo lo que la imaginación alcance. Los más sanotes elegirán algunos elementos típicos de ensalada, como el maíz, la remolacha o las aceitunas. Los carnívoros probablemente le echarán bacon o carne picada, mientras que otros preferirán completarla con atún o salmón.
Las salsas, aunque aumentan considerablemente el valor calórico de este plato, son grandes compañeras de las patatas asadas. Según el acompañamiento, admiten salsa barbacoa, de yogur o una sencilla vinagreta.
Patatas hasselback
De origen sueco, esta receta eleva las patatas al horno al nivel de gourmet. Las reconocerás en seguida porque las patatas hasselback tienen forma de acordeón y, en cuanto las hagas, caerás rendido a sus múltiples posibilidades.
La patata presenta múltiples cortes transversales, como si estuviera cortada en rodajas pero sin terminar. Un truco para cortarlas es colocar las patatas sobre una superficie cóncava, como una cuchara boca arriba y clavar el cuchillo hasta que haga tope. Aderezadas con especias y sal están muy buenas pero también puedes rellenarlas con lo que más te guste entre rodaja y rodaja.
Rosemary Roasted Potatoes
Que no te confunda este nombre tan sonoro. No son patatas al horno al estilo de Rosa Mari sino unas patatas asadas con romero. Más sencillo y más sabroso con tan poco, imposible. Basta con sazonar con sal, pimienta, romero y ajo las patatas cortadas en cuartos o en gajos, rociadas previamente con aceite de oliva, y hornear hasta que estén doradas y crujientes. Son el acompañamiento perfecto de carne asada, aunque solas como aperitivo tampoco durarán.
Patatas machacadas o crushed potatoes
Nunca fue tan fácil presentar unas patatas asadas pero con un toque diferente. Se trata de las patatas machacadas o crushed potatoes. Antes de meter las patatas al horno, se machacan y se espolvorean con hierbas aromáticas o un poco de queso rallado al gusto. Para chafarlas, puedes usar un tenedor pero lo mejor es hacerlo con un aplastapatatas. Si no eres cocinillas, lo reconocerás por su forma de espumadera plana o tal vez tenga una base similar a una resistencia eléctrica. Ahora que ya lo sabes, no tienes excusa para atreverte con este plato.
Patatas gratinadas
Terminamos con un plato en el que las patatas son las protagonistas pero para darles algo de vidilla las acompañaremos con algunos vegetales y queso gorgonzola o similar. Cortadas en rodajas finas, las patatas se mezclan con una cebolla o unos puerros, también puede añadirse algo de calabacín o zanahoria en juliana, previamente pasados por la sartén. Se hornea la mezcla, se cubre de queso y… ¡a gratinar!
Esta vez hemos seleccionado estas cinco formas de preparar las patatas al horno pero hay muchas más, tantas como cocineras y cocineros. ¿Cuál es la tuya?